25 nuevas ideas y un objetivo, exportar

Sara González y Raúl Jiménez comentan su experiencia como técnicos en exportación dentro del programa ImpulsaCoop puesto en marcha por la Cámara y la Diputación, para mejorar las cifras de comercio internacional de varias bodegas y cooperativas.
Mejorar la posición de las bodegas y cooperativas de la provincia de Ciudad Real al otro de la frontera. Ese es el objetivo del programa ImpulsaCoop, que se ponía en marcha el pasado año, y en el que trabajan conjuntamente la Cámara de Comercio de Ciudad Real y la Diputación Provincial. Una iniciativa que en su primera edición se cierra con una bolsa de la que forman parte 25 personas que han trabajo en diferentes bodegas para desarrollar un programa de internacionalización tanto en aquellas que no habían empezado a exportar, como en las que buscan mejorar sus cifras en el mercado exterior.
En bodegas Símbolo trabaja desde octubre Sara González, una de las muchas jóvenes que un día tuvo que viajar para buscar trabajo y que ahora ha encontrado en el mundo del vino la fórmula para volver. «Llevaba dos años fuera y añoraba a mi gente, a mis amigos, así que decidí regresar». Y fue entonces cuando se encontró de cara con «esta oportunidad». Sabía que tenía a su favor esos años en el extranjero, y el conocimiento de varios idiomas. Especialmente el inglés, pero también el italiano «que es el que más utilizo», y otros «con los que me defiendo como el francés, el alemán y el chino y que vienen muy bien porque a la gente le gusta que empieces hablando en su propio idioma». Pero también su experiencia profesional fuera, especialmente la que le llevó en el último año a China, a trabajar a en el mundo de la hostelería. Allí, explica, aprendió que el vino que más se pide es el de «los países viejos», que son Francia y España. Y un título que se olvida mencionar pero que explica por qué González, licenciada en Administración y Empresas con especialización en comercio internacional, se mostró interesada en este programa desde el principio.
Con todo este equipaje y muchas ganas llegó a la bodega de Campo de Criptana, que no tenía un departamento especializado en venta exterior, pero que tenía experiencia y las bases para ponerlo en marcha, «ganas, diseño, calidad y certificaciones y política de precios».
En los últimos meses su trabajo se ha centrado en hacer un estudio de los mercados que podían interesar a la bodega y ver qué campañas y productos se adaptaban a dicha campaña. Unas líneas en las que seguirá trabajando a lo largo de este año, al ser una de las jóvenes que han renovado su contrato, que en un principio era de seis meses. «Por el momento hemos llegado al acuerdo de seguir un año más para seguir trabajando». El objetivo, mejorar las cifras de exportación de envasados de la bodega que no llega al 5% de su producción.
Lamenta González que Castilla-La Mancha es la gran desconocida, aunque afirma que tiene a su favor una variedad como la tempranillo «que conocemos bien esta tierra y es una de las que más se conoce fuera».
De cara a los próximos meses, tiene muy claro que la mejora de las cifras de su bodega pasa por ofrecer productos que sorprendan y sean innovadores, que son dos características que ella ve en el nuevo Símbolo airén.
A 34 kilómetros, en Tomelloso, Raúl Jiménez. De Tomelloso, es otro de los jóvenes que sale de esta primera hornada de formación de técnicos en comercio exterior de ImpulsaCoop y un ejemplo de que este programa cuenta también con el apoyo de grandes empresas del sector vitivinícola como es el caso de Virgen de las Viñas, en Tomelloso, conocida por ser una de las más grandes de Europa.
Como Sara, Raúl Jiménez es licenciado en Administración y Dirección de Empresas, y se vio obligado a salir fuera de España, a Inglaterra, donde estuvo hasta que tuvo la oportunidad de entrar en el máster sobre vino que organiza la Fundación Horizonte XXI, que le sirvió de puente para llegar a ImpulsaCoop. «Yo siempre estuve interesado en el mundo del vino y especialmente en las bodegas y cooperativas de Castilla-La Mancha».
Como en el resto de los casos, es Virgen de las Viñas la que elige su currículo entre los 25 que había en bolsa. Un hecho que no pasa por alto este joven, quien subraya la organización de la empresa. «Ésta es una cooperativa de gran volumen que está muy bien organizada y tiene muy delimitadas las funciones de cada uno de sus departamentos». Él trabaja en el de comercio exterior de una bodega que hace tiempo que tiene su hueco en Europa (más con graneles), en Japón y China (envasados). Y su objetivo es «seguir abriendo nuevos mercados y mantener los actuales».
En cuanto a las bazas que él utilizaría para mejorar las cifras en el exterior, Jiménez defiende que se le ponga precio a la calidad. «Los mercados son muy conscientes del volumen de producción de esta tierra y de nuestra necesidad de vender, pero es el momento de mantener una rentabilidad, porque el vino no se regala». Y mientras sigue trabajando en esa línea, él confía en que ferias como Fenavin sigan siendo un buen escaparate para demostrar esa calidad de la que lleva años haciendo alarde el sector. Precisamente en esta feria, la Cámara contará con un stand en el que dará a conocer el programa ImpulsaCoop de cara a su próxima edición.
Fuente: La Tribuna de Ciudad Real